ahora que los pronombres ya no tienen nadie detrás
con la boca llena de jergas que no aluden a nada
con la habitación ocupada por fantasmas que se debaten mis malos sueños
se entrechocan y yo asisto al desorden como quien mira gotear una canilla.
ahora, si la literatura es mágica,
debería componer un poema que salve mi vida
que me arranque de cuajo de los conciertos cansinos de la mente
y sus numeritos de variedades donde la tristeza hace la danza de los mil velos.
es ahora ¿me escuchan?
mis huesos no soportan
otro día, aunque amanezca
y yo vaya de aquí a allá
con pequeñas comisiones.
hace frío
y temo estar muriendo
un poco a cada minuto
¡es ahora!
pero nada.
comida
de gusanos.