en el reino de la mente
la vigilia también es sueño.
no importa cuanto
se fuerce la máquina,
no importan ni el diablo
ni sus pasos.
es lo imposible
y lo cotidiano,
uno y otro lado
del espejo
en simultáneo
a un tiempo
la idea
y la carne.
no estoy quieto:
en mi cama crece
la próxima tormenta.