hace un año
tomábamos mate en tu casa
y yo te daba tus regalos
de cumpleaños.
hoy amanecí temprano
encendí el cigarrillo
de todas las mañanas
y puse agua a calentar.
ahora te regalo
no estar triste
ni soplando la brasa
de la pena, no hacer
de esto una queja.
así, sin ceremonias
esta efeméride y yo
marchamos juntos
para afuera
el lado del olvido.