miércoles, 14 de diciembre de 2016

ellos

yo los vi
con los ojos
como en conserva,
la respiración
gruesa haciendo
bulto en el cuellito
blanco de la camisa.

sonriendo diente
por diente,
estrechando manos
frías como la muerte
de un niño en invierno.

los veo todavía
en el prime time,
frente a la cámara,
bajando de coches
con una nueve
en la guantera.

todo brillo,
a gusto con dios
porque dios
también trabaja
para ellos
y nadie está
pagando cargas
sociales, art,
ni un carajo.

en el vecino
que te golpea
la pared de noche
cuando toca gritar
y romper vasos
contra el suelo
también están
ellos.

en el mierda
que quema el café
de todas las mañanas,
en el pucho para aplastar
la tos.

incluso
en el aliento
de la puta
que suelta
un te quiero
en un suspiro
calculado,
pegada
a tu oreja.

y además
en el vino.

en todo
van prendidos,
horadando las palabras,
tirándole con alplax
a las emociones reales,
dejando basura blanca
o cromada en su lugar.

cada vez
que alguien dice

hay que darles tiempo
o
es que esto era joda,

una camada
realmente tierna
de cachorros
de una especie
en extinción
se tira en grupo
de un barranco.