miércoles, 6 de julio de 2016

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mientras más
conversaciones
acumulo, más
convencido
estoy:

cuando se pudre,
la buena salud
pasa nomás
por hacer
silencio
alrededor
de dos o tres
cuestiones
fundamentales.

no digo
tirar la basura
bajo la alfombra,
pero sí no regalarle
el cuerpo al pánico.

por eso, cuando
se te derritan
los huesos,
o escuches
cabeza adentro
todas las pisadas
de la ciudad,
o simplemente
un zumbido que
no te deja estar
cómodo en ninguna
posición,

respirá hondo,
contá hasta diez mil,
hacé yoga, chi kung,
hablá con un semejante,
lo que sea.

si no resulta,
date la cabeza
contra el marco
de la puerta, o
sumergila en un
balde de agua
helada, carajo,
buscale
bien buscada
la vuelta.

los que dicen
pedile ayuda
a un médico
son los mismos
que después
te quieren vender
las pastas.