domingo, 10 de julio de 2016

instantáneas veladas

busco el piso
con la planta
de las manos
plenas, pero
nada.

apunto al techo
y tampoco.

qué decir
de los costados

donde miran
los paranoicos
antes de dormir
o ir a mordisquearse
ahí los dientes
en una de cavidades
y pesadillas.

siesta es recién
cuando detengo
del todo
el pensamiento,
igual que a una
liebre encandilada.