es domingo y llueve.
messi acaba de avisar
que deja la selección
después de perder
la copa con chile.
tranquilo, pibe
quisiera decirle.
es un rato, pasa.
después
me acuerdo
de guillermo
coria. de lejos
viene la imagen.
sigue lloviendo,
las gotas pegan
contra el techo
de zinc del balcón
y hacen un quilombo
bárbaro.
el resto de la noche
está en silencio. uno
espeso, como el humo
del tabaco negro barato.
pienso:
héroes quiero, sí,
pero dámelos
agujereados. para
que el tipo real
que tienen dentro
pueda tomarse
el buque
y darme calce.
es decir:
en adelante,
si pinta fuerte
la paranoia
y el encierro,
no es de loco.
renuncié
a la realidad
tras intentarlo,
porque no era
ni a palos
para mí.