hay que jugar
mucho a la pelota
y si te queda,
sacudir de lejos.
escuchar cantidades
industriales
de motorhead,
morphine, waits,
cave, cohen:
tipos que te soplen
siempre la brasa
de lo improbable.
tener
una latita
con reservas
para cuando
el loco no
atiende.
guardar
la yerba usada
del mate
y la cáscara
de los huevos,
echárselos
a las macetas
donde una vez
plantamos
la risa.
hacer
lo imposible
para que florezca
fuerte, a prueba
de sequía
y desaliento.