lo tuvieron
que internar
de urgencia
para destaparle
las arterias porque
se nos escapaba
al otro barrio
por un ahogo.
yo desperté
sobresaltado
por el teléfono:
era mi vieja,
con la noticia.
me puse
algo de ropa
con el miedo
a cuestas
y salí a hacer
compras:
un detergente,
piedras para
los gatitos
y otros elementos
para apretarle
control z
al desorden
del fin
de semana.
no sé
cómo seguirá
toda la historia,
pero así
las cosas,
solo por hoy
te firmo
un triunfo
aún jugando
para la mierda.