el número nueve
más pícaro que conozco
se la está jugando
en una unidad coronaria
de la suizo argentina.
yo solo puedo
cerrar bien fuerte
los ojos y pensar:
con el negro no
hijos de puta,
respeto por
los goleadores.
me acuerdo
que cuando era
pibito,
él me pateaba
a colocar, una
a cada palo.
yo volaba
con mi buzo
de arquero
bajo el sol
de la quinta,
copiando
los movimientos
de comizzo.
negro,
desde acá
te enciendo
una vela
y le doy
hasta el final
pidiéndole
a toda deidad
posible
por el picado
que estás
jugándole
a caronte.