de que estás
medio viejo
cuando las bandas
chicas que te gustan
empiezan a tocar
en lugares como
la trastienda.
lo peor
del caso es que
no sólo pagás
lo que te pidan
para entrar,
sino que disfrutás
muchísimo del show,
vino en mano,
moviendo nada más
que la cabeza.
otra perlita,
en el rarísimo caso
de que los músicos
se la jueguen
y toquen un poco
de más, es el dolor
de cintura, como
resultado de estar
tanto tiempo en pie.
todo bien
con la esperanza, pero
si estar parado duele,
no me pidan entusiasmo
para hablar del futuro.