el silencio
llena la copa
de la palabra
y, acá sí,
derrama hacia
abajo haciendo
del estómago
cárcel en lugar
de grito,
acostumbramos a
fingir que todo
anda bien.
la ciudad
parece una comedia
de tv por cable
mezclada con bocha
de ácido y armas
blancas.
y en el ghetto
donde debería
estar la resistencia,
todos flotan agarrados
como nenitos del mismo
gesto vacío.
es domingo
y no hay vuelta
que darle.
entiendo
todo eso del cristal
con que se mire,
el vaso medio lleno
y así, pero quisiera
poder respirar
debajo del agua,
o fabricarme
una calma
como de dormir
en el medio
del campo.