el toxicómano jala,
dicen los psicólogos,
trata de reinvestir
una memoria anterior
al tiempo que se aleja
cada vez más de ella,
pisoteando los rastros
que pensaba seguir
hasta allí.
del mismo modo,
tengo siempre
entre manos
un único texto
menguante,
un par de silencios
fundamentales a la hora
de las revelaciones,
dos o tres
refucilos
como rieles
de la paranoia.