esta oscuridad
es diáfana,
casi transparente.
como si la noche
estuviera sostenida
sólo por sueños
de mujeres enamoradas
o pasadas de tetracíclicos.
en la calle
no anda nadie,
por el techo
frente a mi balcón
se deja ver un siamés
que buda sigue
con la cabeza,
desde acá al lado.
los objetos
del departamento,
nosotros incluso,
estamos cubiertos
por una fina película
parecida a la felicidad.
entonces ésto es
lo que se siente
cuando no están
persiguiéndote
tipos que
podés ver
sólo vos.