tiempo:
la transformación
del conejo saviola
en una sucursal
de la mala fortuna
que no la pudo
meter ni desde abajo
del arco.
y no estoy
hablando de mi primo:
el conejo saviola,
un tipo que hizo goles
de todos los colores.
pero,
por otra parte,
es el mismo tiempo
el que convierte
a un perrazo
en un tipo
confiable
para bancar
la parada.
que no te vendan humo:
si a los diecinueve
no la podía parar
sin que le rebote,
a los treinta y cinco,
a lo mucho, le rebotará
un poco menos.
sino, con la lógica
de la experiencia,
cualquier boludo
con treinta años
de ronquera, es
más o menos
tom waits.