la sensación
se parece
a cuando estás
por vomitar
y se te llena
la boca
de baba agria.
quizás también esté
en sintonía con lo que
sienten los epilépticos
antes de un ataque,
pero sin el rapto
de claridad.
es más o menos así
el asunto, nada más
que sostenido
a lo largo del tiempo.
cierta membrana
que cubre todos
los objetos
y las palabras
con una misma
tonalidad:
el cuerpo
no es más que
una caja
donde no vive
la experiencia,
sólo los sobresaltos
del pensamiento
y sus películas
neuróticas.
no digo el mundo,
ni siquiera una agencia
gubernamental, ni nada
relativo a lo religioso,
pero a los paranoicos
a veces, algún que otro
personaje nos persigue
de verdad.