el pensamiento vuelve a vos
igual que va la lengua
al hueco de una muela
recién arrancada.
entonces
doy vueltas por el cuarto:
le rezo a la naltrexona
aprieto mis ojos
con los talones
de las manos.
de todas las maneras
de saltar al vacío
mi preferida es abrazarte
como si mañana
no fuese a llegar nunca.