escribo porque tengo miedo.
del olvido
y, cuando llega, también del recuerdo
de perder pie y caer sin fin
con el perfume de lxs que se fueron
y el sólido brazo de lxs que están.
tengo miedo de lo que en algunas madrugadas
crece en el silencio, mi gato Buda lo sabe
por eso se enrosca entre mis pies. y también
Olivia, la gata, tratando de decirme que está
que lo que pueda va a ser suficiente, que de
todos modos nadie está llevando las cuentas.
miedo de no volver a reírme con la cara entera
hasta que duela la panza, miedo a que la lluvia
no deje de nombrarte. miedo de ser así, apenas
y a los tumbos, con mi costilla rota y mi sed.
escribo porque tengo miedo
porque el frío es un lugar
y en mi casa
nunca se posan los pájaros.