todxs me dicen que esté tranquilo
que ya va a pasar, que voy a poder.
yo no sé cómo explicarles
que me quedé sin contravoz
para mis peores alucinaciones
que ya no sé qué nombre gritar
cuando se me licúan los huesos
y no puedo volver a casa.
como esa vez que
en pánico, me pediste
que fuera a verte
y ahí estuve
presente
oponiendo todo mi cuerpo
a la fuerza de tu espanto.
ahora aprieto una certeza
entre los dientes, pero
también me pregunto
si esto será todo, si lo que hay
es andar a los tumbos nomás
entre los latigazos del recuerdo
lo gris contra lo negro del presente.
no sé si es amor
pero duele como la madre
de todas las despedidas.