hoy hace cuatro años que te fuiste de viaje
adonde ya no se vuelve.
me acordé de vos mientras tomaba una cerveza
y entendí el sentimiento pesado que había estado
sobrevolándome todo el día.
acá estamos bien, aunque mamá, la tía y yo
te extrañamos mucho.
igual le hincamos el diente a los días
como si en ello se nos fuera la vida:
no le regalamos el cuerpo a la tristeza,
damos pelea como un boxeador viejo
lleno de trucos para aguantar los golpes.
donde estés espero que vos también
des la pelea, como antes, tu cuerpo gigante,
tus brazos como ramas de un árbol.
cuando miro a los pájaros me acuerdo de los cuentos
que hacías y un poco vuelvo a ponerme contento.
y se trata de eso: sonreír a como de lugar,
vender el desánimo a un precio que no pague nadie.