domingo, 16 de junio de 2019

desgrabaciones clínica santa rosa (vol. I)

la vieja habla.
no importa si
alguien escucha,
o si sus palabras
van o no hermanadas
entre sí. en eso
son medio parecidas
la demencia senil
y las noches
de merca:

enseguida,
todo se llena
de frases que
parecen urgentes
o, al menos,
necesarias.

pero,
al otro día,
al pensarlo todo,
vieja y manija
experimentan el
mismo vacío.

con suerte,
ambxs se
pregunten
si valía la
pena tratar
así al silencio.

---+---

en el árbol del patio
hicieron nido dos torcazas.
empiezo el día cuando voy 
a saludarlas. anoche llovió
y esta mañana ahí estaban,
sacudiéndose el agua de las
plumas.

cuando escucho el ruido
del té, despierto del todo:
tomo mi desayuno en silencio,
mientras miro el árbol.

también guardo 
en mi bolsillo
unas migas de
pan. después
de dejarlas
en el nido,
enciendo un
cigarrillo
y sonrío.

---+---

hoy no me atendiste
el teléfono. por mi
parte, creo que es
momento de dejar
de hacer promesas,
de observar cerca
cómo evolucionan
nidos y torcazas.

es raro:
acá adentro hay
ruido todo el tiempo
pero, fuera de las risas,
es difícil ser cuerda
simpática a todo el
quilombito. 

dicho de otro
modo: cuando las
medianeras están
cubiertas de alambres
de púas, resistencia
es más reírse que
estar enamorado.

---+---

no necesito
tu voz al teléfono
para quererte.

de hecho,
no necesito
correspondencia
en absoluto.

te quiero 
como una planta
hace fotosíntesis,
o como cabecea un
auto si se lo pisa
hasta la tabla.

amar es
como ir a ganador
en un partido que
ni siquiera existe,
como entrar cuatro
abajo desde 
el vestuario.

ojo:
también cabe
que esté entendiendo
todo de revés, que
este poema desaparezca
cuando peguen las pastillas.

---+---

quizás amor
nomás sea esto:

que ahora 
te guste
oración del
remanso y a mí 
la sara que
rapea.

que en guardia
vieja suenen discos
que antes ni por error,
haberle recuperado
el cariño a ciertos
trenes.

tal vez,
entre nosotrxs,
el recuerdo sea
buena planta 
para regar con
toda el agua
que me sobra
de los ojos.

---+---

la escalera
del recuerdo
sólo descansa 
en tus piernas,
eso seguro.

pero no hay
combinación
determinada
de palabras
pa ponerse 
a resguardo
del olvido.

y ¿sabés?
creo que somos
eso: dos que agitan
baldes contra una 
inundación que no
cesa, que lo cubrirá
todo de un mismo color,
para que otrxs vuelvan
a hacer una historieta
que, al rato, también
desaparecerá.

todas
las publicidades,
hasta que nombran
qué está en venta,
parecen pensadas
pa sugerir algo
que ya compré
hace tiempo.

todo bien
con la deconstrucción,
todo bien con derrida.
pero no pienso entregar
fácil el amor romántico
sin antes patalear 
un poco.

Zitarrosa ya intuía
lo que hoy es escena
en una pregunta que
rebota en mi cabeza
todo el tiempo:

"¿qué es lo que
quieren decir con
eso de la libertad?"

---+---

por verdad 
tengo el 
recuerdo.

el esfuerzo 
de mi cuerpo
por fundirse
con el tuyo
mientras 
dormís,

que me despiertes
cuando chillo, al
sufrir una de mis
pesadillas habituales.

creo tanto
en tu carne
que casi dejo
de hablar con
los pájaros,
de alimentarlos
con mis delirios.

en días como éste,
cuando miro la reja
que alarga unos metros
el tapial atrás del patio,
pienso que quizás libertad 
también es jaula, pero en
directa relación con cuánta
puedas pagar.