me felicité.
pensé algo
medio así:
"te voy a
dar teofanía,
a vos."
al cerebro
le hablaba.
un poco
me jugué
un pleno:
como si
existiera
la danza
del otrx
y de unx,
como si
hablar
no fuera
más trastorno
que metáfora.
esto
mientras,
de a poco,
levantaba
la cara
del nuevo
testamento
que hacía
de mesita.
digo una vez
y para agotar
del todo
la cuestión:
la verdad
se canta
sólo en
grupo.
del cuerpo
pafuera,
hasta el
tiempo es
un relato.
entonces
el silencio.
enorme, a
voz en cuello:
"más no quiero
he dir al pago
porque ya me
da vergüenza"
pero
ni pelea,
ni cuchillo,
ni nada.
na
da.
la perinola
cae siempre
en todxs toman.
no será
alto guiso,
pero el lenguaje
la lógica, bueno,
esa góndola
de ofertas
da, al miedo
y a las pulgas,
algo parecido
a la calma,
en esa hora
donde la siesta
urge tanto como
esas preguntas
que nadie puede
contestar.