sábado, 14 de julio de 2018

razones

porque
no alcanza
con poner
la vida
a dieta
de cama
y quetiapina,
con la música
como única manera
de decir la verdad.

por buda,
que no deja
de rascar
los vidrios
desde que
se levantó.

porque
recién ahora
viene a caer
la ficha enorme
aplastando el
pecho, ahora
el pecho
ese lago
seco donde
no descansás
la cabeza.

por el tiempo,
también, que
dejó de existir.

porque todo
es espacio:
el silencio
de caminar
al tun tun
para que
pase la fiebre
y que fijar
la vista
no sea verte
hasta en
los vidrios
de los vasos
que rompo
contra las
paredes,
ciego
de bronca.

porque
a veces
no andan
las pastillas
y lo humano
me toma la base
del cerebro,

me acuerdo
que no soy,
que no existo,
que cuando digo
uno en realidad
hablo de un hueco.

por el par
de medias 
blancas
que usabas
para ir
a correr
puestas
a morir
de sed
en un cajón,
a lo oscuro,

todo
lo tuyo
en cajones
que cierro,
confundiendo
la metáfora
y la cosa,
pero cierro,
e invariablemente
vuelven a abrirse
en momentos incómodos
ejemplo estando desnudo
ejemplo pagándole al delivery,

incluso
al otro lado
de la cortina
del sueño.

porque
pierdo el hilo
y la billetera
y las llaves,
tropiezo hasta
con las vocales
más abiertas,

no me hace
pie la lengua,
fumo en ayunas
y todas esas
cosas que ya
sabés y las
que no.

porque
te extraño.

porque no
me hablás
ni para
decir mentiras.

porque de
todas maneras
no sabría qué
decir, pero
entendería
el cuerpo
la casa
los huesos
y las semanas.