viernes, 13 de octubre de 2017

uno que no habla de santiago

todavía uso
el morral donde
llevabas el diario
a la playa. muchas
veces olivia va a
echarse ahí encima. 

hoy llovió
fuerte, ahora
los árboles
van de un lado
para otro detrás
de la medianera.

estoy tomando
mate con un disco
de los nuñez
que me hace
acordar
al campo:

pienso
en esas
caminatas
larguísimas
entre espinillos
y flores rojas
de tallo dulce
que vos me enseñaste
a comer para aplastar
la sed de la tarde.

mentiría
si dijera
que estoy mal,
pero te extraño
más con cada día
que pasa. a la
abuela también.

sería lindo
arrancarse
la ausencia
como una
cascarita,
volver
a juntarnos
para la cena.

pero
no se puede
todo. o, dicho
de otra manera,
ya cambié la magia
de la infancia
por la realidad.

y en esa transa
no hay devoluciones.