no está dictado
por la música secreta
de las palabras,
ni sé nada sobre
el lenguaje selecto
de las revelaciones.
acá se hace
y se lo arruina
a oscuras,
sin la lumbrera
del sentido.
todo carne
regada de nervios
y cavidades, curvas
cerradas, errores,
sí, errores de juicio
y de todas las otras
clases que ahora
no recuerdo.
siempre
a la sombra.
como el gruñido
de un perro ciego
que prepara el diente
sin jamás enterarse
por dónde va a caerle
la jodita.