los párpados
sean rutas
redondas
de cielo
y los pies
echen raíces
hasta el tiempo
de los abuelos.
cuando
por la casa ande
con los gatos
la presencia
de los días,
pero en puntas
de pie:
vos en la ducha,
la ropa en la silla,
una mezcla exacta
de equilibrios
y caídas.
cuando
la música sea
en la panza
y desde ahí
hacia todo
lo demás.
sólo entonces
y no antes
vengan
a hablarme
del regalo
que es
la vida.