el viejo
del árbol
habló.
las palabras
fueron ojos
dentados
de tardes
a la orilla:
algo nuevo,
algo azul.
detrás,
el hospicio
pareció rascarse
a los locos
como garrapatas.
pero, cuidado,
que el viejo
del árbol
habló.
mi lengua,
la de todos,
es nada más
que eco.