en la estación
anterior subió
alguien igual
a vos.
tenías razón:
no puedo hacer
esto sólo,
veinte de diciembre
el runrún
del dos mil uno
en la cabeza,
los mismos tipos
en el gabinete.
a veces
todo se reduce
a gestos mínimos
para guardar
la compostura,
en especial
cuando hay
un policía
con cara
de rottweiler
mal comido
en el asiento
de enfrente:
tamborilear
los dedos
y contar
los golpes.
ordenar
alfabéticamente
los meses del año.
la vida
por no cederle
terreno emocional
al desastre
la vida
por Perón.