que vi a tu doble
por el barrio,
entre una señora
gorda y un perro
sin correa.
igual que
si nos estuviéramos
tirando a errar
el hambre, como
si sugerir las cosas
y decirlas fuese
exactamente
lo mismo.
sé que vi
a tu doble, que
el barrio entero
se dio vuelta
como en la serie
de netflix,
pero no hubo nenita
rapada ni finales
de ir a estirar por fin
las piernas o chequear
la hora,
sino un hueco
donde sólo
quedábamos
tu doble y yo,
casi pegados
por la espalda,
pero casi también
a la orilla, justo,
justito antes.
sé que vi
a tu doble,
aunque no haya
nadie nunca
detrás de los pronombres
y el silencio se eche
gatamente
a dormir sobre
el regazo
vi a tu doble
y pensé
en las infinitas
posibilidades
de un choque,
de desandar
algo que ahora
se me aparece
como una cebolla,
o alguna otra metáfora
trilladísima para algo
complejo, en serio
lo pensé fuerte.
sé que vi a tu doble
por el barrio y persevero
en ciertas frases
a mitad,
tratando de decir
incluso el aire
de las vocales
abiertas,
hasta que
al final no.
igual te juro,
y que me parta
un rayo ya mismo
si digo y digo mal,
de haber sido vos
y no tu doble,
de tener alguna
mínima certeza
en esta llanura
de transas
y replicantes,
pará, menos
todavía: de sospechar
algo parecido
a un significado,
o donde exista
una relación directa
entre el mundo interno
y las leyes de la física,
yo te juro:
me dejo de joder
y no escribo más.