viernes, 20 de mayo de 2016

juan y la iluminación se fueron al río

buda duerme ovillado
sobre una de las sillas
que usa como rascador.

hace un rato
que dejó de llover:

cuando pasa
el noventa y dos
las luces azules
y blancas
de su cartel
se refrescan
en los charcos,
junto al desorden
de hojas muertas
y aureolas de aceite.

el silencio,
después
del colectivo,
es tan pesado
que la cuadra
bien podría ser
una publicidad
de zolpidem,
o de algún libro
de autoayuda.