de que a mi vieja
el cáncer se le esté
empezando a comportar
como un escuadrón
de asalto.
o capaz
el pelotudazo
del psiquiatra
que curtía
plantas y
trascendencia
tenía razón
y yo soy
una especie
de monje farsante,
inmutable
mientras todo
lo demás cambia
de una y mil formas.
igual
creo que la medicina
no tiene nada que hacer
en mi fiestita, digo,
no le voy a andar
pidiendo permiso
al matasano para
cruzar en rojo,
o para disponer
de mi estado
de ánimo.
en una de esas
está ahí mismito
la papa y justo
donde uno supone
a la alegría
hay apenas una calle
de ripio, una curva
del todo cerrada.
ojo,
por ahí vengo
entendiendo todo
para la mierda
y la vida es
en verdad
un regalo.
de lo que estoy
seguro es que
en la calle, más
o menos pura,
sale un platal.