lunes, 18 de abril de 2016

festejar los goles con la rodilla en tierra

verlo en cancha
al chileno salas
era increíble.

en cierto modo
era como bb king:
le hacía falta
sólo un movimiento
para hacer
lo que a todos
los demás
les tomaba
tres o cuatro.

se me viene
a la cabeza
en piques cortos,
anticipando al defensor
en el primer palo
y apenas acomodando
la punta del botín
para mandarla adentro.

o en la supercopa
del noventa y siete,
que hizo de todos
los colores, uno
de cuarenta metros
mas o menos, por
arriba del arquero,
de local.

cuando volvió
gordo y de fiesta
desilusionó
al mundo entero.

yo ya no esperaba
nada.

a veces es mejor
tratar de no contar
dos veces el mismo
chiste.