por el celular
mi vieja manda
fotos panorámicas
de su viaje, tomadas
desde un piso
sesenta y siete.
acá es domingo
y nos comimos
cuatro con colón
después de empezar
ganando.
así también
el resto del día:
en casa y remando
siempre de atrás.
al final
medio que
equilibramos
las cosas
en una parrilla,
con un pingüino
y una buena
caminata
a la vuelta.
no digo
que el asado
con vino
como sustituto
de toda
conversación
sea, en efecto,
la formula
de la felicidad.
pero seguro
que no debe
andar lejos.