lo mucho que te extraño
pero el silencio se volvió una frontera
brotaron autopistas entre tu casa
y la mía.
querría preguntarte
sobre temas cotidianos
darte un beso como los de antes
bajo el fulgor amarillo
del alumbrado público.
pero duelen los huesos
de golpear el suelo
esperando por un gesto
o por lo menos el eco
de una voz
que se parezca
a la tuya.