(días atrás)
te extraño y aprendo cosas:
los gritos más desgarradores vienen de una paciente nueva. catorce años. cada vez que se llena los pulmones tiemblan hasta las puertas de madera, los vidrios, se erizan los terrores. finalmente todo coagula en un silencio siempre breve, pero también frío como una morgue. después el edificio retoma su cadencia habitual: cuchillitos de plástico, tropiezos entre lengua y sílabas difíciles, cosas de esas.
hoy mi hermana me contó novedades de vos. un poco lloré la distancia, pero ahora, a punto de acostarme, pienso en tu cuerpo cubierto de una luz baja, ambarina: esa foto donde se te ve sonreír desde mi lado de la cama. de los deportes extremos que pueden practicarse en un psiquiátrico, mi preferido es desmentir las lágrimas mientras te imagino durmiendo.