jueves, 13 de septiembre de 2018

el autito es mi nuevo animal de poder

i.
escribo
porque
no puedo
acostarme:
así de simple.

escribo
mientras
repaso
el sueño
donde los
abuelos
venían a
visitarme
acá al barrio
y de pronto
el Juan se
desvanecía
y yo lo
abrazaba
en el suelo.

"quedémonos acá,
no te levantés"

le decía,
tocándole
el revés
de la cabeza.

ahí nos
abrazábamos
fuera del
tiempo,

lejos de
sus mañas
de asesino
serial.


ii.
las latas
de birra
que compré
quedaron en
lo de Virginia,
pienso ahora,

pero ya
no sé si
soy yo,
o es la sed,
la realidad,
o la garganta
que grita
en silencio
sobre este
disco
de Mingus
que le hace
de arrullo
a las muelas.

pienso
en lugar
de dormir
y dejar
que todo
se aleje
una vez
más,

quetiapina

y después
amanecer
solo,

cubierto
de sudor,

las manos
vacías
de abrazar
lo que se
fue,

lo que ya
no existe más.


iii.
escribo
y pienso:

estoy
cansado
de poner
la neura
en actos.

así,
salvarme
del suicidio
un día a la vez,

o decir
"escribo
y pienso"
son casi
una sola
cosa.