vacías
quedan
las manos
después
de tocarte.
eso sí
me gustaría
decir.
lo demás,
que se acomode
bajo algún
precepto
universalizante
que me supere
y me de nombre.
porque
lo que
es acá,
desorden
y travesuras,
tan gracioso
todo que casi
reímos, casi
de cerca
la alegría
pero no,
no ahora.
entonces
torcer
el gesto
a la manera
de nos vemo
en disney.
y que
crezca
el mañana
para resignarse.
o poner
los ojos
en un negro
más profundo
que el de la
pantalla apagada
del alma.
elegir
del cuarto
un punto
para entender
el mundo
desde ahí
en adelante.