martes, 17 de abril de 2018

día uno

el jardín
de atrás
se llenó
de torcazas:
hicieron nido
en los árboles
que dan a la
enredadera.

buda
y olivia
las miran
con ganas,
buscando
la manera
de sortear
la reja,
pero después
se conforman
con cazar
polillas
desprevenidas
en el balcón.

del otro lado
lo de siempre:
días que brotan
sin solución
de continuidad,
la memoria crecida
y una piedra seca
en el lugar
del bobo.

a veces,
a la tardecita,
el departamento
se inunda
de una luz
medio amarilla
y se hace
el silencio.

ahí estiro
los brazos
abro grandes
los ojos

y escribo.