en treinta días
mi cerebro va
a reconstruír
conexiones
de modo tal
que no voy
a escribir
estos poemas,
no va a hacerme
tanta falta verte
para respirar
sin dificultad.
en treinta días
habré desinvestido
el objeto y somos
eso ¿sabías? un
accidente, el
permitido de
la semana.
en treinta días
voy a estar entero
y no va a doler,
no va a ser
imposible
sortear el día
sin nombrarte.
porque
eso hacemos
con el tiempo:
espacio.