jueves, 4 de enero de 2018

la fauna del patio trasero

cada vez que salgo
a fumar miro los
distintos pájaros
y pienso cuánto
te gustaría todo
esto: hay unos
más chicos
que las tacuaritas,
casi del tamaño
de un colibrí,
pero con las plumas
del mismo color
que los caseros.

acá le dicen
cardenales a unos
iguales a las brasitas
de fuego, pero más grandes:
anaranjado el pecho y las
alas, la cabeza de un rojo
intenso, tanto que parece
como pintado encima, más
que un color natural.

también
hay chingolos
y otros a los
que no les
conozco los
nombres.

se ven, además,
muchísimas ardillas
con la cola esponjosa:

saltan de rama en
rama, andan por los
cables de la corriente
y los teléfonos, entre
las hojas marchitas
del suelo. por todos
lados.  los locales
las ignoran por costumbre,
pero son muy divertidas
de mirar.

ayer, recién
levantado, me topé
con unas fotos tuyas:
estabas ahí en la entrada
del departamento de vera,
año dos mil dieciséis:

creo que
esa fue la última
vez que saliste
a la calle sin contar
las ambulancias,
digo, de paseo.

un poco lagrimié,
pero enseguida
me compuse, porque
de alguna manera
que no entiendo
o no tengo ganas
de explicar,
todavía te siento
muy cerca.

como si fuera
cierto que existe
un allá arriba y
que, desde ahí,
todavía vos y el juan
nos cuidan a todos.