mirá
esas nubes,
miguel angel.
mi vieja,
señalando
a contraluz.
o el racimo
apiñado
que somos
frente al
único celular
con señal,
el partido y
el silencio.
un poco, uno
podría tentarse
y decir que
en las pequeñas
cosas etcétera.
guarda:
en realidad,
no sabemos nada.
pero eso tienen
en común el placer
y los choques múltiples.
a veces
pasan.