elige a tus amigos
como si estuviéramos
en guerra, dijo
la tele mientras
miraba una serie.
la frase
se aquerenció
en mi cabeza,
repitiéndose
una y otra vez
como un mantra.
después salí
al patio a fumar.
el frío me espabiló,
los pájaros iban
de rama en rama
y el sol buscaba
su lugar entre
las nubes.
cada vez
entiendo menos
sobre la gente,
sus costumbres
y ese tipo
de cosas.
pero apuesto
mis dos manos
a que varios
sino todos
los que me rodean
saben cómo
tender puentes
con su cuerpo
y sus palabras.
cada vez
entiendo menos,
decía.
pero por el momento
esa sola noción
me resulta más
que suficiente
para seguir
caminando.