a la noche
con juan,
el frío
nos sacudió
los tragos
de la cara.
discutíamos
donde meter
a enzo pérez
mientras él
esperaba
el veintiséis
tosiendo un poco
a causa de las flores.
le dejé
un libro de poemas
y la promesa
de armar algún
quilombo de botellas
pronto, en su casa.
que vengan
el invierno,
el macrismo
y todas las otras
variantes
del desánimo:
de a uno,
acá
los atendemos.