domingo, 16 de abril de 2017

y ahora

tres días
sin decir
nada.

la lengua
acostada
en el piso
de la boca.

tres días
de adivinar
ánimos en los
distintos ruidos
de las respiraciones,

rascando esa frontera
invisible igual que
hace buda con el vidrio
de la ventana, para poder
salir a cazar mariposas.

hoy no,
le digo mirando
adentro de sus ojos
amarillos, pero ya
no sé muy bien
a qué me refiero.

hoy no
que me siento
enfermo,
las palabras
se me antojan
iguales a
mecanismos
de fuga
y el silencio
es apagar
un incendio
echándole
gas oil encima.

guarda.
si me muevo
no es por ganas:
es para descubrir
nuevas formas
de estar del todo
equivocado.