yo escribo
porque vos
me hacías
cuentos
a la siesta,
gorda,
porque
la única
metafísica
que conozco
es la de tus
palabras
deshaciendo
el calor
y el ruido
del turbo
en un sólo
campo inmenso
donde caben
las pasturas
de todo
el mundo.
sé los árboles
porque te conozco
las manos.