cuando salimos
con juan pablo
de dar la primera
clase en river
hacía un lindo
fresco.
en el tramo
de la cancha
a libertador
charlamos
con entusiasmo
sobre lo sucedido
en el club,
de ahí
casi hasta
cabildo fumé
interrumpido
solamente
por dos o tres
accesos de tos.
la atmósfera
que se respiraba
era de bienestar.
después, el
viaje en subte
se sintió
como un parque
de diversiones,
del lado
de adentro
y de afuera
de la cabeza.
al llegar
a la estación
donde debía bajar
saludé a jp
que me soltó un
la rompimos hoy eh
con el costado
de la boca, mientras
nos dábamos un abrazo.
ya había oscurecido.
alcancé a caminar
apenas media cuadra
antes de encontrar
a lou cruzando
juan b justo
con auriculares,
tanto que tuve
que pegar un grito
para que se diera
vuelta.
por el puente
pasaba el san martín,
así que aproveche
y pedí los tres
deseos estipulados.
no es que crea,
pero tampoco
tenía tanta fe
en driussi
y ahí lo tenés,
metiéndola
de todos lados.