desamurar
los azulejos
del baño
con la frente.
escapar
por el hígado,
hasta que todo
sea gracioso primero
y amarillo después.
escuchar
en auriculares
y sin interrupciones
la discografía completa
de patricia sosa.
cualquier cosa
antes que andar así,
perdiendo
con patronato,
como un mazinger
sin la navecita
que te hace
de cerebro.