el último recuerdo
nítido que tengo
es a mi amigo
en el departamento
con fotos de néstor
y cristina, al grito
de todavía estoy
reevaluando
mi odio hacia
litto nebbia
por el disco
que me pasaste.
después
todo se volvió
cuerpo durante días.
una fuerza
constante para
el lado de la cama
y a revolverse ahí
como la tortuga esa
del cuento de highsmith,
cuando se le empieza
a calentar de más
el agua.
pero ahora
ya es domingo.
lou lee el diario
en el balcón
con los gatos
y yo hago
estas líneas
mientras un poco
lagrimeo escuchando
una versión increíble
de oración del remanso.
digo: lo vivo
siempre
se las ingenia
para tirarle
un caño de esos
que le aplauden
las rodillas
al silencio.