lo voy a decir de una vez: detrás de cada paranoico hay una diva dorada del ácido chupado. el chiste es fumar sonámbulo y despertarse a los atados vacíos y a la tos todavía más seca que los ceniceros. o tragar pastillas con comida rápida y rogar que se arme el fútbol para odiarlo todo un poco menos. es ir oliendo un montón de mierda en el aire y moverse como si nada por miedo a que la doctorcita mande los perros. de golpe no saber. o no, peor: no poder de ninguna manera conocer que había detrás de los sustantivos, perder toda identificación, ligadura entre significados. ser un montón de islas iconexas, como ante un espejo roto una casa rota unos ojos rotos.
por suerte hay ciertas cosas permanentes. lugares donde descansar de uno y de lo de saber. ejemplo los poblados con destino de fantasma. ejemplo el burrito ortega. ejemplo vomitar a campo, a favor del viento. porque si te apagás en el momento preciso, cualquier segundo es permanente. ahí está de testigo david carradine que no me deja mentir.