anoche:
un tiro libre
imposible
de piscu
y una puntada
intermitente
en las sienes
por el exceso
de vino.
lo demás
desapareció
por completo.
leo ahora:
cuatro a cero
arriba. viene
a latigazos
la interrupción,
el gol fantasma
de alonso
y la definición
cruzada de zurda
después.
todo tiene
el audio
como ahogado,
igual que cuando
se desenchufan apenas
los auriculares
y se empieza a escuchar
la música de lejos.
no creo
que vaya a ser
siempre así,
sino más bien
todo lo contrario,
pero por ahora,
con el asuntito
del blacaut,
aunque parezca
que no,
cuando la carreta
del día siguiente
arranca, los órganos
se acomoda solos.